Uno de los signos más comunes es la malformación de los dedos gordos del pie que suelen estar curvados hacia adentro y ser más cortos.
Otra característica es la presencia de brotes: inflamación de tejidos blandos que causa dolor, ocurre rápidamente y sin causa aparente.
Estas inflamaciones se presentan usualmente en la cabeza, el cuello y la espalda; pueden presentarse con calor y enrojecimiento en el área y desarrollar masas o protuberancias duras dadas por la formación de hueso extra típico de esta condición. Es posible encontrar malformaciones esqueléticas en la columna, el cuello, las caderas o las piernas. La pérdida auditiva puede ser causada por osificaciones heterotópicas en el oído medio.
Pueden experimentar episodios de dolor, rigidez y reducción de la capacidad de movimiento. Otros síntomas no específicos son la pérdida del apetito y falta de energía.
Los pacientes con FOP pueden experimentar episodios impredecibles de inflamación de tejido blando, dolor, reducción de la capacidad de movimiento y rigidez, que se conocen como brotes. Se pueden resolver por sí solos, pero la mayoría requiere alguna forma de tratamiento que alivie los síntomas o intente prevenir la formación de hueso extra.
Aunque pueden ocurrir sin advertencia o causa aparente, algunos factores desencadenantes de brotes de FOP son:
Lesiones como golpes o caídas
Infecciones virales
Estiramiento muscular
Fatiga o sobreesfuerzo
Inyecciones intramusculares
Procedimientos dentales
Biopsia
Procedimientos quirúrgicos
En caso de requerir algún procedimiento es importante buscar apoyo adicional para minimizar los riesgos de un brote.